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Muchas veces, las bajas temperaturas y el clima seco, pueden afectar nuestra garganta, ocasionando que esta se inflame y se convierta en una amigdalitis.

Esta enfermedad del sistema inmunológico que genera molestias en la garganta y malestar general en el cuerpo, que se presenta con frecuencia tanto en niños como en adultos.

Esta afección es causada por distintos tipos de virus o bacterias como el estreptococo del grupo A. Estas bacterias pueden vivir en la nariz y la garganta sin causar enfermedades, propagándose solo cuando entran en contacto con gotas provenientes de la tos o estornudos provenientes de una persona contagiada.

Además del dolor de cabeza y el malestar general, existen otros síntomas que pueden presentarse durante esta afección:

  • Amígdalas inflamadas.
  • Congestión nasal.
  • Aparición de zonas blancas o amarillas en las amígdalas.
  • Dolor y ardor en la garganta por más de 48 horas.
  • Disfagia o dificultad al tragar alimentos o agua.
  • Dolor en oídos y ojos.
  • Tos, fiebre y escalofríos.
  • Sensibilidad en la mandíbula y la garganta.
  • ¿Por qué debemos cuidar las amígdalas?

Las Amígdalas son una especie de masa ovalada de tejido linfático, ubicadas a cada lado de la garganta, que ayudan a combatir o eliminar las bacterias, microrganismos y gérmenes que entran por la boca y la nariz, y causan infecciones, por lo que es importante siempre mantenerla sanas y evitar que estás bacterias afecten nuestro cuerpo. Para ello te recomendamos:

  • Tomar agua o líquidos naturales sin hielo, para mantener la garganta hidratada y mantener las cuerdas vocales protegidas de agentes externos infecciosos.
  • Alimentarse sanamente, consumiendo las vitaminas (especialmente aquellos que contengan vitamina C), y minerales necesarios para fortalecer las defensas y mantener el sistema inmunológico en perfecto estado.
  • Cuidar tu higiene bucal, cepillando tus dientes correctamente.
  • Lavar bien tus manos y llevar siempre un pañuelo para la nariz y/o toser.
  • Evitar el tabaco y el alcohol ya que pueden irritar o inflamar la garganta.
  • Evita los cambios bruscos de temperatura. Para ello puedes usar prendas de vestir como abrigos y bufandas que protejan nuestra garganta. Aquí se incluye no gritar, carraspear o forzar tu voz.
  • Si presentas dolores o molestias persistentes en tu garganta, lo mejor será visitar a un médico especializado como el otorrinolaringólogo, o un profesional en el área de la medicina para que examine la garganta, oído y ojos, y de un diagnóstico y tratamiento adecuado.
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